Invitado a la construcción del Pladetur de Providencia, un muy interesante ejercicio liderado por los mismos integrantes del Citi, el impecable Centro de Información Turística de la Comuna, comparto mesa entre otros con un arquitecto de la Municipalidad de esta comuna. Se comenta como una de las debilidades de la comuna la acelerada pérdida del patrimonio arquitectónico a cambio de torres que venden promesas de calidad de vida en 35 metros cuadrados, o simplemente de torres que hacen necesaria de una vez por todas de algún tipo de criterio que vaya en favor de preservar en algo la vida de barrio. Se comenta también de la necesidad de contar con incentivos a los negocios más antiguos, pues cada vez una esquina se está pareciendo más a la otra con la propagación de los OK Market, una SalcoBrand, un Santa Isabel, un Banco, o todos reunidos en un Stripcenter cualquiera.
Que lo importante es mantener la escala, que no se pueden establecer incentivos, que las constructoras compraron propiedades antes del endurecimiento de la normativa, que lo más importante no se ha botado, que solo se permite hasta cierta altura....
Al escuchar al arquitecto de la Municipalidad, quedé con la sensación que lo único que conviene hoy en día es comprar en verde, por que la bolita de acero se viene con todo.