En esa Antofagasta, cuyo ingreso per cápita es similar al de Reino Unido, no habría lugar para que en uno de sus barrios una mujer sea devorada por un perro callejero. En esa calle de ese barrio, en el que por alguna incomprensible razón ni la ley ni la abundancia alcanzaron a llegar.
En vez de eso, el liderazgo público podría persuadir al privado a asumir el compromiso de transformar al ciudadano de a pie en el centro de su labor, hoy y siempre.
Es por eso que le tengo fe a la iniciativa CREO Antofagasta, pues recupera la capacidad de soñar del ciudadano común, de volver a creer en aquellos que fueron elegidos democráticamente para velar por el bien común.
Es por eso que le tengo fe a la iniciativa CREO Antofagasta, pues recupera la capacidad de soñar del ciudadano común, de volver a creer en aquellos que fueron elegidos democráticamente para velar por el bien común.
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